Comencemos con la inconformidad de la noche, la cual corre a cuenta mía y es que ayer no cumplí con la meta de dejar el comentario correspondiente en este espacio, siendo mi justificación (a mi parecer insuficiente, ahora) el cansancio y desajuste mental y emocional de anoche.
Una vez expresadas mis disculpas, pasemos a justificaciones más serias, por lo que en esta ocasión quisiera contestar a dos importantes cuestiones, las cuales ya me he visto obligada a responder cuando comento el tema que pretendo abordar en la tesis: ¿Por qué el nacionalismo? Y ¿Por qué Irlanda?
Una de las hipótesis particulares que me planteo en mi trabajo es que si bien el siglo XX puede considerarse como el siglo del nacionalismo, éste ha mostrado una tendencia peculiar a partir del siglo XIX, durante el cual, los propios sentimientos nacionalistas de las potencias de la época llevaron a la construcción de imperios y con ello a la reducción del número de Estados; posteriormente ésos mismos nacionalismos condujeron a la lucha entre las potencias que se vio reflejada en la Primera Guerra Mundial, lo que a su vez facilitó el surgimiento de sentimientos nacionalistas en las colonias, los cuales en gran medida condujeron a su posterior emancipación.
La tendencia continúa después de la Segunda Guerra Mundial (en la cual, valdría la pena agregar la importancia que jugó de la exacerbación del nacionalismo), ya que el periodo de descolonización que le sucedió, principalmente en la década de los años sesenta, condujo al surgimiento de nuevos Estados y con ello, de nuevos nacionalismos.
Hoy en día, en el siglo XXI, en medio de un debate acerca de hacia dónde nos lleva la globalización (entendida como la fase actual del capitalismo), podríamos situar la cuestión alrededor de: si la globalización nos sumerge en un proceso de homogenización de la sociedad internacional o, si por el contrario, representa una nueva forma de imperialismo, que como en el siglo XIX tendía la a reducción del número de Estados (y naciones). De ese modo el trabajo pretende ofrecerse como una escueta base para el estudio de las principales características del nacionalismo.
Así pues, este primer acercamiento nos muestra que se hace necesario el análisis del papel del nacionalismo en el nuevo escenario internacional, ya que si bien es un tema que se ha abordado con frecuencia en la disciplina de las Relaciones Internacionales, no deja de ser un elemento útil para el estudio de la realidad mundial de hoy.
En mi segunda entrega hablaré del caso específico de Irlanda y por qué lo considero un ejemplo operante para el estudio de las características del nacionalismo, dejando hasta entonces en suspenso a mi querido lector.