domingo, 3 de abril de 2011

Juegos Mentales

Ya casi empezando la semana con el nuevo horario, apenas comienzo a aclimatarme a éste, por lo que creo que mi horario habitual para escribir en el blog también se está viendo influido. No obstante, sólo puedo decir, como popularmente se dice: “¡A darle que es mole de olla!” (ja,ja, ja).
Esta entrada la quiero dedicar a una situación particular bajo la cual, seguramente nos hemos encontrado más de una vez. ¿Nunca han sentido, aún ligeramente, que tratan de jugar con nuestras pequeñas y frágiles mentes? Pues este fin de semana, yo me percaté de ello en más de una ocasión.
Ya en otras ocasiones he tocado el tema de lo que es la imposición de percepciones sobre las propias (incluso he tocado el término de colonialismo mental de Horacio Cerutti), sin embargo, cuando la situación es palpable y no se queda en el mero análisis, sino que uno mismo es víctima de ello; o da risa o, de plano, te indigna.
Cuando uno se da cuenta que otra persona, hábilmente, trata de jugar con nuestras mentes mediante el discurso o ciertas acciones para imponer su voluntad sobre la propia y obtener así un beneficio, nuestra reacción puede ser muy diversa. Algunos prefieren ignorar la situación, otros se indignan y hacen verdaderos corajes y otros más, quizás de pura maldad, seguimos el jueguito de esa persona para divertirnos un poco y darle una sopa de su propio chocolate.
No sé qué tan apropiada pueda resultar dicha reacción o qué tan difíciles puedan ser las consecuencias por afrontar, pero a veces te ayuda a controlar (y de paso a vengar)  un poco el coraje de sentirte manipulado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario