Hoy es un día de aquéllos en los que creo firmemente que bajar la guardia un instante puede ser caótico. No obstante, antes de comenzar a describir las razones que inspiran tal afirmación, primeramente debo empezar por explicar la falta de atención al no haber escrito la noche de anoche.
Ambos temas se relacionan íntimamente y es que debido a que según yo, anoche estaba elucubrando un magnífico plan para todas las actividades agendadas para el día de hoy (bastante complicadas todas ellas) simplemente me encerré en tales ideas y abandoné estos lugares.
Hoy ya no hay pretexto para escribir y la reflexión en esta ocasión precisamente recae en que planear cuidadosamente nuestros pasos, al final no sirve de mucho, ya que por más preparados que nos sintamos, siempre existen imprevistos y, si no estamos en condiciones para sobrellevarlos, por supuesto que nos pueden vencer.
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