domingo, 7 de noviembre de 2010

Tiempo

Hablar del tiempo y de su concepción requeriría de un análisis por demás amplio y ambicioso, cuestión que no pretendo realizar y que rebasa los límites del presente espacio, por ello y de manera simplista,  se entenderá al tiempo como una construcción social. En este punto me imagino qué sería si las horas no estuvieran formadas por 60 minutos y éstos por 60 segundos y me pregunto a partir de qué fundamentos concebimos a estas medidas de tiempo.
Desafiando un poco a las leyes de la física, es posible afirmar que el tiempo puede ser modificado en términos cualitativos, ¿cómo? Es cuestión de percepción. Si bien quedó establecido  que el tiempo es una construcción social aceptada y generalizada, también involucra cuestiones psicológicas, involucra a la percepción.
Para explicar lo anterior, imaginemos por ejemplo nuestra sensación de cómo pasa el tiempo cuando tenemos prisa o ansias y debemos esperar; cada minuto que pasa parece prolongarse más de lo normal y la espera que dura pocos minutos puede habernos parecido una eternidad. Por el contrario, cuando realizamos algo que nos agrada o estamos en una situación que nos es por demás placentera, el tiempo nos parece pasar demasiado rápido y a veces ser insuficiente.
Partiendo de lo anterior, considero que es bastante aprovechable  el control que podemos tener al respecto al tiempo y que al lograrlo, es posible sacarle mayor jugo a la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario