El día de hoy divagué más de lo normal y estuve pensando en las miles de personalidades que podemos adquirir a diario, las miles de máscaras que podemos portar de acuerdo a la ocasión.
Cual si fuéramos actores, todos los días interpretamos distintos papeles en nuestras propias vidas: el estudiante, el hijo, el hermano, el amigo, la pareja, etc. No dejamos de ser nosotros mismos en esencia, pero adquirimos características particulares bajo determinada situación. No obstante, en algunas ocasiones nos encasillamos más en uno de nuestros personajes y olvidamos a los demás, absteniéndonos de los beneficios de adaptación que nos proporciona nuestra diversidad de posturas.
Recordemos que nosotros podemos serlo todo y nada a la vez, eso depende de lo que decidamos hacer con nuestras vidas y de lo que queramos reflejar de ellas. Al exterior podemos proyectar la imagen que nosotros creamos más conveniente ofrecer, podemos matizar y podemos corregir; podemos adoptar posturas desafiantes o tímidas, ser valientes y tenaces o comportarnos de manera más mesurada; podemos ser el héroe o el villano. Todo ello cabe dentro de nosotros mismos y de lo único que depende es de una decisión, un tanto de visión y otro poco de ambición.
El hecho es que cada día interpretamos diversos papeles, a veces nosotros los determinamos y algunas otras los adaptamos dependiendo nuestras necesidades, sin embargo este proceso continúa hasta que cae el telón…

Paso dejando un comentraio, sintiendo no poder hacerlo tan seguido como les gustaría, pero carezco del tiempo suficiente para hacerlo.
ResponderEliminarSaludos