sábado, 30 de abril de 2011

Aventuras de niños

El día de hoy se festeja el día del niño, sin embargo ésa no es la razón oficial por la cual escribo en sábado cuando usualmente lo hago en domingo, mi razón es: Mañana hay una práctica para la clase de turismo que pinta ser bastante peculiar y divertida. Dicha práctica tomará todo el día, por lo que es prudente dejar mi huella por aquí de una vez.
Parece que los vientos me regresan a Hidalgo porque es justo allá donde se sitúa el parque eco-turístico que visitaremos. En teoría practicaremos tirolesa y bajaremos una gruta, actividades que son la principal fuente de atracción del lugar y, digo en teoría, porque realmente aún no sé cómo voy a reaccionar a la hora de decidir si lo hago o no, puede que mi lado aventurero se le imponga al más o menos razonable, uno nunca sabe…
Como hoy, día del niño, no pude festejarme como se debe, quizás las actividades de mañana puedan ser usadas de pretexto para celebrar tardíamente esta fecha  y al niño que todos llevamos dentro.

miércoles, 27 de abril de 2011

Cadena de favores

Ya para este ombligo de semana han acontecido hechos bastante peculiares que vale la pena enunciar pero sin evidenciar a los protagonistas, claro.
 Académicamente, lo más relevante  fue la presentación del proyecto de tesis frente a mi asesora y frente a mi grupo. Si bien puede uno ponerse  muy nervioso al tratar de explicar todo ese proceso mental que  se viene maquinando y que se pretende plasmar en la tesis, creo que un factor importante para proyectar ese conocimiento adquirido y el análisis que ello conlleva, es el gusto que por el tema tengamos, ya que nuestra pasión será palpable para los demás y facilitará el entendimiento de nuestras posturas.
Ahora, pasando a temas mucho menos relevantes pero igual de gratificantes, debo admitir que aquello de la espontaneidad suele ser algo divertido, más, si uno lo hace a favor de nuestros seres queridos. Cuando un amigo, de manera espontánea, decide hacer algo extremo para animarnos a lograr nuestros objetivos, uno se siente en verdad motivado y a su vez, con la necesidad de motivar a ese amigo para que éste luche por alcanzar sus metas. En este sentido creo que nos encontraríamos  dentro de una cadena de favores, la cual podemos ver como un mecanismo de apoyo mutuo y de reforzamiento de lazos afectuosos.
Con este pequeño impulso que ese alguien me dio, ahora no puedo y no debo retroceder en la búsqueda de mis metas, pero tampoco dejaré que esa persona lo haga respecto a los suyos, aunque ahora sea yo quien tenga que hacer alguna locura para evitarlo.
Esa persona sabe de qué hablo y que definitivamente puede que el cine sea uno de los pretextos de nuestra siguiente “locura espontánea conjunta.”

domingo, 24 de abril de 2011

Terminan los días de guardar… ¡en la panza!

Pues justamente hoy finalizan nuestras ligeras vacaciones de Semana Santa y, digo ligeras porque realmente ni las sentí. El caso es que en mi búsqueda por sacarles el mayor jugo posible a ésas efímeras horas, la verdad es que al final, prácticamente sí me guardé estos días en el tranquilo pueblo de Tlaxcoapan.
Como dejé entrever en  mi entrada pasada, las actividades a realizar en aquel lugar eran bastante reducidas y por aquéllos días realmente se concretaban a cuestiones religiosas (cabe mencionar que la procesión tiene un gran poder de convocatoria en el pueblo pese a que es bastante pequeño en cuanto a población). De ese modo, casi todo lo que se podía hacer era degustar comida en la feria del pueblo.
Yo no me hice del rogar y traté de probar la comida típica. Había mucha barbacoa y enchiladas bastante buenas, pero como mi familia y yo íbamos en plan de probar cosas nuevas, nos dejamos sonsacar por la invitación que se nos hizo de probar comida verdaderamente exótica.
Nos ofrecieron toda una variedad de insectos tales como acociles, escamoles y chinicuiles, además de los llamados “aretes” o partes íntimas del cordero que según tenían propiedades afrodisiacas… a ello no tengo más qué agregar, sólo imaginen mi expresión.
Finalmente yo sólo pude probar los escamoles, los cuales son huevos de hormiga cocidos y sazonados que se dan mucho en esta época en Hidalgo. La verdad es que me fui a la cama temiendo vida en mi intestino, pero el sabor no era desagradable.
Con esta anécdota pongo fin a los días de ocio y descanso y a los momentos de guardar… comida exótica en mi estómago.

viernes, 22 de abril de 2011

Días "de guardar"

En esta ocasión creo que rebasé mis límites establecidos para escribir en este espacio. Las razones son diversas pero, no por ello, el pretexto deja de ser simple.
Esta semana tuvieron lugar nuestras muy  breves vacaciones de Semana Santa y  los días se han ido como agua sin que en verdad hayan sido del todo aprovechables. El miércoles, noche en la que ya es costumbre escribir por estos lares, se dio un acontecimiento un tanto chabacano entre los queridísimos contemporáneos de la facultad   y debido a ese lapsus de perdición, la costumbre se rompió.
 Por supuesto la situación ha sido excepcional y debo reconocer que me ganó la tentación de juerga (realmente bien merecida); sin embargo hoy  es viernes y “hoy toca” pese a las dificultades que he tenido estos días para lograr conseguir una conexión a internet, ya que ahora me encuentro en la hermana república de Tlaxcoapan, (Hidalgo) pueblo pequeño y  demasiado tranquilo -y no exagero- desde donde les envío saludos.

domingo, 17 de abril de 2011

De ocio y viajes astrales

Este fin de semana dieron inicio nuestras sumamente breves vacaciones de Semana Santa y, a estas alturas, ya tengo dos confesiones por hacer. Sí, ya sé que es muy pronto para empezar a destaparse de las maldades vacacionales, pero la verdad es que ya hay algunas cosillas para compartir.
La primera de ellas es que  me quejo amargamente de que nuestras vacaciones duren únicamente una semana, cuando usualmente, en la época en la que éramos pequeños, nos daban dos deliciosas semanas. Seguramente pensarán que caigo demasiado en la flojera y, no es que no  me haga falta  tal tiempo para recargar las pilas, pero en esta ocasión más bien creo que me hará falta para aprovecharlo  en “ñoñerías”  porque hay bastantes pendientes por hacer.
Debido a mi acelere mental, hoy compartí una experiencia bastante peculiar con una de mis primas, que trae una cuestión que a veces raya en lo hippie. Ella me comentaba que quizás lo que me hacía falta era un poco de paz espiritual para que mi mente también se relajara; así que, según ella, realizamos un viaje astral.
La sensación no fue para nada desagradable, por el contrario, sentí que el cuerpo se relajaba totalmente y logré poner mi mente en blanco por algunos instantes, cosa que no había experimentado ya desde hace un buen rato.  
Creo que dicha experiencia puede variar de persona en persona, pero en general fue una vivencia agradable, que mi ocio (el culpable de casi todas mis actividades bizarras) me permitió alcanzar, ya que probablemente en circunstancias diferentes, habría actuado de manera escéptica.
En fin, una actividad recomendable para relajarse en estos días.

miércoles, 13 de abril de 2011

Al filo de la media noche

Ya más entrados en el amanecer del jueves, puede decirse que estoy en el umbral del rompimiento de mi promesa respecto a este espacio, ya que por poco, olvido escribir la entrada de hoy. Bendita Linda que me ha recordado mi deber (ahora sí me siento una mala mujer, ¡caray!).
No es que trate de justificarme, pero hoy la mente anda en otras cosas (esta vez no perversas) debido a que está por demás embotada tratando de memorizar muchos índices y parámetros de medición. Se nota la presión de la época de exámenes.
He buscado distraerme un poco, pero la idea resulta poco práctica pues  las horas efectivas de estudio  se evaporan cual si fueran suspiros. Ya escuché música relajante, dentro de la que está la celta (no podía faltar), sin embargo, creo que ni todas las dosis de dopamina que puedan caber en mi cuerpo esta noche, podré lograr mi meta de repasar cabalmente los temas.
Sin más por el momento, realizaré los últimos esfuerzos de la noche pero les dejo un poco de música de “relax.”

domingo, 10 de abril de 2011

Cuando los deberes atacan

Cual si fuera título de película de terror (un tanto barata) quisiera que el título de esta entrada expresara todo el drama que caracterizó este fin de semana.
Por un lado,  me encontré en medio de un montón de copias, lecturas, notas y quehaceres en general, los cuales debo atender durante la semana que está próxima a comenzar  y que hubiera valido la pena empezar a realizar. Por otro lado, nos encontramos con mi terrible flojera que me acechó durante casi todo momento del fin de semana.
No sé a qué se deba mi negación a comenzar los deberes, quizás pueda decir que realmente terminé muerta la semana pasada y simplemente quise darme un descanso, pues el cuerpo lo pedía a gritos. El caso es que terminé prácticamente picándome los ojos mientras los deberes me esperaban.
A unas horas de que termine este efímero fin de semana me pregunto: ¿Por qué mi cuerpo y mi razón aún no despiertan de su aletargamiento? ¿Será que hasta el inicio de la semana que empezará, comenzaré a sentir el remordimiento de no haber avanzado  al menos un poco en los pendientes? Todo ello el tiempo lo dirá, sólo espero que mi caprichoso ser responda adecuadamente a las consecuencias que su decisión,  respecto al descanso prolongado, trajo.

miércoles, 6 de abril de 2011

La relación entre el ser humano y la naturaleza

Esta noche la reflexión recae en un asunto que hemos estado tratando en clase los últimos días: la relación entre el ser humano y la naturaleza a través del tiempo. Sin embargo, quisiera hacer especial énfasis en la visión que se tenía de dicha relación en la sociedad celta.
Desde el surgimiento de la humanidad, ésta ha dependido de su entorno para sobrevivir. Tanto a nivel individual como grupal, el medio ambiente ha condicionado la forma de vida del ser humano. La concepción de  esta relación intrínseca ha cambiado con el tiempo, con la evolución de las estructuras sociales y con la transformación de las necesidades humanas.
En el caso de la sociedad celta, ésta vinculaba estrechamente al ser humano con la naturaleza y lo consideraba como  parte de ésta. Así pues, los celtas tenían una concepción divina de su entorno, pues no sólo de él dependían para la subsistencia, sino que además tenían la responsabilidad de salvaguardarlo ya que, hasta cierto punto, era visto como un  regalo de los dioses.
En este sentido, dentro de la cosmovisión celta, existían deidades que personificaban fenómenos naturales, tal es el caso por ejemplo del dios Taranis, que representaba al trueno o el dios Lug, dios de las cosechas y la fertilidad. Otros elementos naturales como los arroyos, lagos, fuentes y árboles fueron  también incorporados a la religión celta.
Así pues, el control de la naturaleza tenía una connotación divina, a la cual se le rendía culto y respetaba, de manera que la satisfacción de las necesidades de tal sociedad, no pretendía rebasar los límites naturales, visión que evidentemente ha dejado de permear en la mayoría de las sociedades actuales y ha conducido a graves problemas medioambientales y de desarrollo.

domingo, 3 de abril de 2011

Juegos Mentales

Ya casi empezando la semana con el nuevo horario, apenas comienzo a aclimatarme a éste, por lo que creo que mi horario habitual para escribir en el blog también se está viendo influido. No obstante, sólo puedo decir, como popularmente se dice: “¡A darle que es mole de olla!” (ja,ja, ja).
Esta entrada la quiero dedicar a una situación particular bajo la cual, seguramente nos hemos encontrado más de una vez. ¿Nunca han sentido, aún ligeramente, que tratan de jugar con nuestras pequeñas y frágiles mentes? Pues este fin de semana, yo me percaté de ello en más de una ocasión.
Ya en otras ocasiones he tocado el tema de lo que es la imposición de percepciones sobre las propias (incluso he tocado el término de colonialismo mental de Horacio Cerutti), sin embargo, cuando la situación es palpable y no se queda en el mero análisis, sino que uno mismo es víctima de ello; o da risa o, de plano, te indigna.
Cuando uno se da cuenta que otra persona, hábilmente, trata de jugar con nuestras mentes mediante el discurso o ciertas acciones para imponer su voluntad sobre la propia y obtener así un beneficio, nuestra reacción puede ser muy diversa. Algunos prefieren ignorar la situación, otros se indignan y hacen verdaderos corajes y otros más, quizás de pura maldad, seguimos el jueguito de esa persona para divertirnos un poco y darle una sopa de su propio chocolate.
No sé qué tan apropiada pueda resultar dicha reacción o qué tan difíciles puedan ser las consecuencias por afrontar, pero a veces te ayuda a controlar (y de paso a vengar)  un poco el coraje de sentirte manipulado.