El título de la entrada de esta ocasión se relaciona con dos situaciones que el día de hoy se hicieron presentes. Por un lado, en la clase de Turismo repasamos un tema que se supone ya habíamos revisado en nuestras pasadas clases de Economía, las cuales al parecer no son el fuerte de muchos de mis compañeros dentro de los cuales, me incluyo.
Se trataba de la innovación en la creación de productos para poder mantener una empresa activa y vigente frente a la competencia. Si bien es cierto que no hay una ventaja competitiva permanentemente exitosa, la innovación podría ser una buena opción, ya que los estándares de competencia se encuentran en constante cambio.
Lo anterior me conduce a la segunda situación del día, pues creo que valdría la pena agregar que eso de la innovación como ventaja competitiva puede no sólo aplicarse a los productos, sino también a las ideas; además, puede ser un factor determinante para que el escritor siga conservando la atención de sus lectores.
Cuando una persona tiende a escribir sobre un mismo tema sin variar significativamente la información que vierte, éste pierde sentido poco a poco y con ello, el interés del lector por continuar adentrándose en la lectura se va agotando, lo que conlleva a que ésta última pueda resultar repetitiva, evidente o predecible. En ese sentido, la creatividad toma un papel importante para poder jugar con las palabras y endulzar la imaginación del lector.
Finalmente puedo decir que pese a que muchos escritores logran éxito al tratar un tema constantemente, el arriesgarse un poco con la imaginación y la creatividad puede resultar bastante interesante.