jueves, 16 de septiembre de 2010

Fiestas Patrias

Con motivo del Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia Mexicana, pospuse para  esta noche la reflexión.
Deseando hayan tenido una agradable noche, quisiera comentar un poco acerca de las enseñanzas que nos pueden brindar estas fechas. Si bien conmemoran  un momento de relevancia en la historia de nuestro país, pese a las inconsistencias que en ella pudiesen existir, tal vez el elemento de mayor importancia, el verdadero y único motivo real de festejo; es la existencia de una identidad nacional que se ha venido construyendo a partir del nacimiento de nuestro país y que logra reflejarse de manera un poco más clara justamente durante estas festividades.
A pesar de los debates que existen alrededor de si hay o no una verdadera independencia debido a la existencia  de una evidente influencia externa sobre todo en el aspecto económico, hoy prefiero centrar mi atención en la reflexión que la circunstancia no otorga tácitamente.
Como venía diciendo en un principio, nuestro verdadero y único motivo de regocijo y celebración es nuestra identidad, sin embargo a partir del reconocimiento de la misma y de las condiciones políticas, económicas e incluso sociales en las que se encuentra nuestro país, debemos replantearnos qué estamos haciendo para contrarrestar esa dependencia que aún mostramos al exterior y qué podemos hacer para construirnos un mejor país. Como siempre, la reflexión y la decisión de actuar está en nuestras manos.

1 comentario:

  1. Mi querida escritora, me pregunto si en verdad existe una identidad nacional. No quiero hacer de esto un debate académico aburrido y necio. Te sientes identificada con algo nacional?, más alla de la nacionalidad y los simbolos patrios. Tal vez la reflexión sería más psicológica que política y social. Lástima que no leamos a Freud o algún otro psicólogo loco. En fin, te escribo para que veas que tienes un lector comprometido con los comentarios.

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