domingo, 27 de febrero de 2011

Cooperación y coordinación

Esta noche es una más de aquéllas en donde la inspiración me conduce por  caminos un tanto menos serios de los que debería; sin embargo, no pienso reprocharle y cumpliré sus caprichos al hablar de asuntos mucho más comunes, pero no por ello menos útiles; en esta ocasión, al hablar de la coordinación y la cooperación como herramientas del trabajo en equipo.
Al hablar de coordinación, no me refiero a la concepción aquella relacionada al ritmo y secuencia que pueden tener los movimientos corporales, más bien haré referencia a lo difícil que en ocasiones representa el coordinar o hacer converger tus ideas o pensamientos con los de otras personas.
En este punto por supuesto que es relevante la existencia de empatía para que exista tal coordinación y se generen grandes ideas a partir de diversas concepciones, pero es ahí donde también entra el papel de la cooperación, y es que cabe señalar que a partir del reconocimiento de que necesitamos los unos de los otros, también es importante aceptar que no siempre es correcto buscar imponer nuestros puntos de vista, ya que éstos pueden resultar un tanto limitados; en cambio, al tomar en cuenta las aportaciones que nos brinda la opinión de los demás, es muy probable que maximicemos los beneficios al momento de trabajar en equipo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Un poco de alcohol y ansiedad

Sean nuevamente bienvenidos a la “Barra de Variedad.” En esta ocasión lamento informarles que no hablaré de Irlanda, no como mi proyecto de tesis o de cuestiones profesionales en general. Hoy me siento un tanto ansiosa porque tengo la ligera sospecha de que tengo un pendiente que resolver y nada más no recuerdo de qué se trata.
Supongo que tal situación es común y que no soy la única persona olvidadiza del planeta, así que confiando en la buena suerte y buena vibra que me deseo al respecto, mejor comentaré en esta entrada una cuestión jocosa y un tanto insulsa que me sucedió este fin de semana.
Pues bien, resulta que dentro de mi lapsus de curiosidad por detalles irlandeses, encontré (vagando en Facebook) una liga que llamó mi atención, pues se refería a un concurso cuyo premio era un viaje para festejar el día de San Patricio en Irlanda, el cual es un día de fiesta nacional puesto que San Patricio es el patrono de la Isla.
Curioseando un poco más, comencé a leer los detalles de la promoción y, debido a que ésta  era llevada a cabo por una conocida marca de Whiskey Irlandés, la condición era que prepararas con éste una bebida novedosa y sabrosa, grabaras un video y lo subieras a la página. Posteriormente se publicarían ahí mismo los cinco finalistas y el ganador.
Realmente mi ilusión se vino abajo, y es que no me mostré muy perspicaz porque desde un inicio debí haber intuido que la promoción se relacionaba con la famosísima bebida de perdición y además con tal fecha que curiosamente se caracteriza por una ingesta de alcohol considerable (algo que bien puede criticarse)… En fin, reconociendo mi nula vocación de bar tender, desistí de cualquier intento y volví a divagar, justo como ahora.

domingo, 20 de febrero de 2011

Pero, ¿qué hay de Irlanda?

En la entrada anterior prometí un intento de justificación acerca del por qué Irlanda será parte de mi objeto de estudio en la tesis. En este sentido, es obvio que mi gusto particular por aquel país influyó en  mi decisión, ya que  en anteriores ocasiones he expresado mi afición por su cultura, su historia y sus paisajes. No obstante, debemos dejar de lado ese agrado mío y entrar en cuestiones un tanto más serias.
Si bien en este espacio sólo quisiera esbozar someramente mis razones para el estudio de Irlanda y su vinculación con el nacionalismo, trataré de delinear un poco la cuestión histórica para la mejor comprensión del lector.
La historia irlandesa está llena de conquistas, de ahí que su cultura sea el resultado de una rica mezcla de tradiciones. A pesar de ello, fue a partir de la llegada de los Celtas en el siglo VI a. de C. que se estableció una unidad lingüística y cultural en la Isla, mientras que el catolicismo fue introducido por San Patricio para el siglo V a. de C., siendo éstos, elementos clave para la creación de la identidad irlandesa frente a la de sus invasores.
Para el siglo XII, la llegada de los Normandos sería el punto de partida para el desencadenamiento de los primeros movimientos nacionalistas, sin embargo, en el año de 1603 cae el último bastión irlandés, la provincia de Ulster, en manos de la corona inglesa; tal provincia posteriormente sería habitada por una mayoría de ingleses protestantes.
A partir de entonces se comienzan a dar una serie de inconformidades por la segregación social y política realizada a favor de los ingleses protestantes y en detrimento de una mayoría irlandesa católica, situación que aparentemente culminaría con la partición de la Isla y con el logro de la independencia en 1922, pero que la historia se encargaría de desmentir, pues aquel asunto todavía muestra ciertos cabos sueltos aún en nuestros días.
Este último aspecto hace que un tema aparentemente arcaico se vuelva actual, ya que la cuestión de los conflictos entre protestantes y católicos no ha mostrado tener una solución duradera, siendo ésa una razón más para estudiar la situación irlandesa.
Por otro lado, y para efectos del nacionalismo, el caso irlandés nos ejemplifica las características  principales de éste, ya que por un lado presenta una fuerza aglutinadora durante los periodos del movimiento independentista y de construcción del Estado Irlandés independiente y por otro, una fuerza desintegradora, al  momento que es causa del rompimiento imperial con Gran Bretaña.

jueves, 17 de febrero de 2011

De inconformidades y justificaciones

Comencemos con la inconformidad de la noche, la cual corre a cuenta mía y es que ayer no cumplí con la meta de dejar el comentario correspondiente en este espacio, siendo mi justificación (a mi parecer insuficiente, ahora) el cansancio y desajuste mental y emocional de anoche.
Una vez expresadas mis disculpas, pasemos a justificaciones más serias, por lo que en esta ocasión quisiera contestar a dos importantes cuestiones, las cuales ya me he visto obligada a responder cuando comento el tema que pretendo abordar en la tesis: ¿Por qué el nacionalismo? Y ¿Por qué Irlanda?
Una de las hipótesis particulares que me planteo en mi trabajo es que si bien el siglo XX puede considerarse como el siglo del nacionalismo, éste ha mostrado una tendencia peculiar a partir del siglo XIX, durante el cual, los propios sentimientos nacionalistas de las potencias de la época llevaron a la construcción de imperios y con ello a la reducción del número de Estados; posteriormente ésos mismos nacionalismos condujeron a la lucha entre las potencias que se vio reflejada en la Primera Guerra Mundial, lo que  a su vez facilitó el surgimiento de sentimientos nacionalistas en las colonias, los cuales en gran medida condujeron a su posterior emancipación.
La tendencia continúa después de la Segunda Guerra Mundial (en la cual, valdría la pena agregar la importancia que jugó de la exacerbación del nacionalismo), ya que el periodo de descolonización que le sucedió, principalmente en la década de los años sesenta, condujo al surgimiento de nuevos Estados y con ello, de nuevos nacionalismos.
Hoy en día, en el siglo XXI, en medio de un debate acerca de hacia dónde nos lleva la globalización (entendida como la fase actual del capitalismo), podríamos situar la cuestión alrededor de: si la globalización nos sumerge en un proceso de homogenización de la sociedad internacional o, si por el contrario, representa una nueva forma de imperialismo, que como en el siglo XIX tendía la a reducción del número de Estados (y  naciones).  De ese modo el trabajo pretende ofrecerse como una escueta base para el estudio de las principales características del nacionalismo.
Así pues, este primer acercamiento nos muestra que se hace necesario el análisis del papel del nacionalismo en el nuevo escenario internacional, ya que si bien es un tema que se ha abordado con frecuencia en la disciplina de las Relaciones Internacionales, no deja de ser un elemento útil para el estudio de la realidad mundial de hoy.
En mi segunda entrega hablaré del caso específico de Irlanda y por qué lo considero un ejemplo operante para el estudio de las características del nacionalismo, dejando hasta entonces en suspenso a mi querido lector.

domingo, 13 de febrero de 2011

…Y el teatrito se nos cae

Esta entrada debe tener una dedicatoria y ella va dirigida a uno de nuestros adjuntos de la materia de Seminario de Titulación I, Ricardo, ya que a petición de él revelaremos un secreto antes de tiempo.
Realmente no puedo ni reprochar que la promesa realizada en la entrada anterior de dejar en suspenso a la audiencia respecto a mi tema de tesis, (que cabe mencionar, aún  falta pulir) se me haya venido abajo, ya que bastante gente que convive conmigo tenía idea de la temática en gran parte debido a mi recién adquirida obsesión de hablar acerca de mis nuevos conocimientos, no tan útiles, respecto a la pequeña isla europea cuyo emblema turístico es el trébol.
Así es, damas y caballeros, me refiero a Irlanda. Dicho país, cuyo tamaño  y número de habitantes es reducido (poco más de 4 millones), me ha llamado la atención, no sólo por sus bellos acantilados sino también por su rica historia, la cual podemos establecer a partir del siglo VI  a. de C. con el establecimiento de los Celtas.
Sin embargo, el tema que pretendo abordar en aquel documento se refiere al nacionalismo irlandés y cómo éste contribuyó a la creación de la República de Irlanda en 1949, tras haber conseguido en 1922, una independencia condicionada por la ex metrópoli, Gran Bretaña.
De ese modo,  concluyo la entrada dejando abierta la posibilidad de que el lector encuentre, de vez en cuando, uno que otro comentario respecto a la historia irlandesa o a diversas reflexiones acerca del nacionalismo en general.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Lo prometido, es deuda

El inicio de este nuevo semestre da la pauta para retomar la actividad que dejamos suspendida a finales del 2010: Regresa “La Barra de Variedad”, con la misma mecánica, pero quizás un poco más flexible.  En este sentido,  nuevamente se planea la publicación de dos entradas semanales (idealmente una el miércoles y otra el fin de semana) pero tratado de aterrizar los temas a un fin específico, que si bien en parte continúa siendo el “soltar la tecla,” recae más bien en el de plantear tópicos o ideas al aire que puedan llegar a ser útiles para desarrollar la tesis de licenciatura en Relaciones Internacionales que aspiro concretar.
El tema de dicho documento trataré de dejarlo en suspenso mientras va tomando forma mediante la ayuda que este medio me pueda brindar a lo largo del semestre, sin embargo quisiera agregar que los temas de reflexión semanales, críticas y ciertos comentarios insulsos que puedan llegar a publicarse en este espacio como meros reflejos de frustración, hiperactividad o “estancamiento mental,” no quedan para nada descartados de la temática a seguir.
Sin más por el momento, dejo abierto el espacio a lecturas y comentarios que puedan contribuir a enriquecer la reflexión.